sábado, 25 de diciembre de 2010

Dientes de cocodrilo

Si hay un rey lagarto, seguro existirá una princesa cocodrilo, pues es un diente del cocodrilo que así se llama, no el mas grande pero si el mas radiante, queda aquí una historia épica de la realeza de los dientes del coco.




El reino era enteramente blanco y abundante, donde todos sus integrantes vivían felices, eran muy unidos y orgullosos, se notaba a leguas esto último pues siempre iban erguidos con la cara hacia el cielo, eran inmutables y generalmente convivían con el reino gemelo del norte, eran armónicos y pacíficos a pesar de que un reino creía que su gemelo vivía de cabeza,




hasta que los engranes comenzaban a vibrar en el final del reino, todos se daban cuanta por que rechinaban tanto como si fuera a comenzar una nueva pesadilla, y dicho: ambos reinos comenzaban por separarse abruptamente para dar comienzo a una infernal batalla; descarga rápida, directa y sin titubeos, solo una que no tiene desgaste alguno.




En este punto de la historia todos creen que los reinos gemelos están locos como cualquier otro reino del mundo, pues hacen guerra sin sentido alguno, pero la realidad es que trabajan en sincronía perfecta, y se lanzan mutuamente a la pelea en forma del rito mas estimulante para ellos: penetran hasta el punto de bañarse en sangre del ciervo por que su carne es bella e ingenua.